martes, 15 de marzo de 2011

El nuevo Job

El miedo no tiene lenguaje. Llegué a esa conclusión luego de escuchar las voces de los japoneses en los videos caseros que salieron a la luz luego del tsunami que azotó sus costas el 11 de marzo de 2011. El ser humano es capaz de comprender en lo profundo las emociones más básicas, comunes a toda la raza, sin necesidad de un idioma ni subtítulos.
Esas voces que se alzaban a medida que la ola gigante destruía su realidad quedarán grabadas en mi mente por siempre.
Japón es el nuevo Job. ¿Cuántas pruebas más deberá superar?. Luego del terremoto, llegó "el dedo de Dios" en la forma de un tsunami que destruyó todo a su paso. Como si las ciudades fueran maquetas, y las olas producto del aburrimiento de un niño díscolo que decidió que no le gustaba cómo estaban armadas.
Y a todo, ahora se le suma el "riesgo nuclear". Hoy me desperté y leí que ya son tres las explosiones en la planta de Fukushima. Y de repente, las ediciones digitales de los diarios internacionales publican artículos con un glosario de términos que debemos manejar para entender la realidad: "fusión del núcleo", "vasija", "coraza". Se reviven fotos de Chernobyl, se habla de "accidente nuclear grado 6". Solo quedan 50 personas en la planta, las restantes 800 fueron evacuadas. En mi mente resuena una pregunta: ¿quién decide quién puede vivir y quién debe morir? Cincuenta personas tratan de salvar a varios millones. Ni siquiera se publica un lista con sus nombres. Se suman a los otros anónimos que quedaron en el barro.



Foto de Damir Sagolj

martes, 22 de febrero de 2011

Elementos periódicos





Una venda en el pie
Muletas en el ropero
La gramática alemana desparramada en el suelo

Un libro de Lars Saabye Christensen a medio leer
Una cámara digital sin batería
La radio encendida
El mate pronto en una silla
La droga semi consumida
La cocina destruida

El celular con poca batería
Los controles remotos sin pilas
Las manos aburridas

martes, 15 de febrero de 2011

Pitsicotécnico


Oh, joven uruguayo/a que tienes entre 18 y 65 años! Oh, tú... si tú, jovenzuelo, ¡¡no te escondas detrás del andador!!. Retomando, seguro que alguna vez, aunque sea solo una, has tenido que enfrentar.... un.... PITSICOTÉCNICO.
Al parecer, está bastante bien visto que uno se exponga a serios esguinces mentales con tal de conseguir una "changuita". Es más, cualquier empresa semiseria que se precie de estar en la última ola de la selección de personal, tiene un cuarto oscuro alquilado con tres psicólogos y cuatro tarjetas con formas extrañas para tratar de determinar si el supuesto "candidato" está apto para adaptarse al grupo, tatuarse el logo de la empresa a cuatro centímetros por encima de la tetilla izquierda y ser el nuevo portador de la mejor "me-encanta-que-me-explotes-y-me-trates-como-basura" sonrisa de empleado feliz.

¿Cómo lo hacen? Tengo que confesar que me he hecho fan de una serie en la cual el protagonista es un "detector de mentiras humano". Lo bueno de la serie es que te va educando sobre cuáles son los gestos, miradas, movimientos que hay que evitar para no ser descubiertos en una mentira.

-Buen día, tomá asiento, por favor.
("Ahora me tengo que sentar, con las piernas juntas, la espalda derecha, las manos quietas en la falda, miro al frente, no, la miro a los ojos, no muevas la boca, no muevas el pie, dejáte el pelo quieto, no toques nada en el escritorio, no te limpies el sudor, no parezcas nerviosa, tranquila, ahhh, respirá un poquito")

-¿Querés tomar algo? ¿Un café, refresco?
("¿Le digo que si? ¿Pensará que estoy muy cómoda y que por eso no me interesa el trabajo? ¿Le digo que no? ¿Y si espera que le diga que si?")

-Seguime, por favor, sentate por acá , en un minuto vuelvo.
("Ay Dios, me deja sola, seguro que hay una cámara que me está filmando y hay dos o tres técnicos aislando cada microexpresión de mi cara para saber si soy apta o no. ¿Qué hago? Me siento derecha, no, mejor que pongo cómoda para que no piense que soy impaciente. Ay, me duele la panza").

-Bueno, perdón por la demora, te traje la primera prueba: necesito que me dibujes una persona trabajando.
("Hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele piso, hacele pi...")

-¿Pronto? Bueno, perfecto, ahora escribí una historia que tenga como protagonista a la persona que acabás de dibujar. Con LAPICERA.
("PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII")

-Bárbaro, ahora te dejo un cuestionario de 187 preguntas con cinco opciones para conocerte un poquito mejor.
("A ver... ¿si me gusta ser el centro de atención en una fiesta?. ¿Cuánto es la raíz cúbica de 234? ¿Dirías que si te enojás sos capaz de clavarle una pipeta en el cuello a un compañero de trabajo?.. Upa...buena pregunta").

-¿Terminaste? Genial, seguime que vamos a charlar un ratito.
("¿Qué veo en la mancha? Y no sé, es una mancha que se parece a una cagada de paloma, pisada por un auto y que después le tiraron un poco de yerba encima... capaz que demasiado.. Ahhh, y al revés ahora... claro... parece.... una cagada de paloma, pisada por un auto y que después le tiraron un poco de yerba encima....).

-Bueno, un gusto haber pasado las últimas tres horas de tu vida charlando contigo. Quedate tranquila que te llamamos por si o por no. ¿Dale? ¡Qué pases lindo!


UNA SEMANA Y MEDIA DESPUÉS..

("Debe haber sido el temita de la cagada de paloma... debe ser por eso que no me llaman.. porque... loquita no estoy.... ¿no?)