miércoles, 20 de enero de 2010

¡Qué noche, Teté!

Hay preguntas que surgen de la nada. O del todo. Momentos especiales del día que gatillan y disparan dudas. Esos momentos, en mi caso, se resumen en la noche. Ya es casi una entidad autónoma por si misma. La noche. Mi amiga, mi compañera de cuarto (monoambiente).
Quizás la quiero, porque en la noche, todos los gatos son pardos. Todas las penas son iguales, todas las tristezas son insuperables, todas las soledades toman una sola forma.
De cualquier manera, a veces, la noche es traicionera. Te hace ver cosas que no existen, sentimientos que no están ahí, engaños que al amanecer, dan la cara y dejan ver lo que en realidad siempre estuvo ahí (o no).
Quiero creer que en nuestras vidas, habrá una noche. Esa que dentro de muchos años recordaremos como "LA" noche. La noche del primer beso, del primer baile, del primer "Te quiero". Todos nos merecemos una de esas noches.
Por lo pronto, éstas, son solo pasajeras del tren de la vida...

¡Basta de pavadas! ¡Se me queman las albóndigas!

Nota de la autora (fantasma):
Yo les juro que intento tomarlo en serio, pero no me sale....

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