miércoles, 23 de septiembre de 2009

Huellas en la arena



Cuando el mar está revuelto, nada parece estar bien. El color no es el mismo, el aire está enrarecido, eléctrico. Las olas solo traen confusión y los árboles se doblegan ante el embate del viento. El horizonte juega a las escondidas.. y lo hace muy bien. Todos estamos a resguardo, detrás de las ventanas, viendo como el mundo se despedaza a nuestro alrededor. No queremos salir, no queremos ver, no queremos sentir el salitre en la piel. La tormenta arrecia, los rayos rasgan el aire, los truenos rompen el silencio, la calma fingida. Y la noche se cierra sobre todo, sobre todos.
Entonces, ocurre. Un rayo de sol tímido, pero seguro, invade la bruma. Y al tocar la superficie de la arena, explota en mil más que ahuyentan los nubarrones. Se abren paso, se hacen lugar, se cuelan en las rendijas, se transforman en luz nueva. El mar resplandece, lleno de diamantes en las crestas de las olas y deja huellas... en la arena.

Arachania, 2009

1 comentario:

  1. siempre después de la tormenta... sale el sol. (a no olvidarse de eso)

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